domingo, 20 de abril de 2014

SUFRIENDO DESDE 1920


Patxi Puñal se lamenta
Ser hincha de Osasuna no es bueno para la salud. Esto es un hecho. Año tras año, a finales de Marzo aparecen viejos fantasmas a orillas del río Sadar. Se reabren heridas mal sanadas y las pulsaciones de los Indar-Gorri se aceleran. Osasuna te sirve variadas opciones de sufrir la temporada. Desde una temporada frenética con un incomprensible desliz en la recta final, otra apática, o para los hinchas de sangre, una temporada entera sin conocer la victoria en la que en Mayo lleguen César Cruchaga, Sabino, Rosado, Michael Robinson, San Francisco Javier y los 7 arcángeles para obrar el tradicional milagro en Pamplona.


Guardada en la memoria queda aquella reciente temporada de Mendilibar en la que Osasuna rozó con las yemas de los dedos un puesto en Europa League. Lo cual hizo rememorar tiempos aún más felices. Breves pero felices, en los que el Sevilla evitó que Osasuna llegara a su primera final en una competición europea. Tiempos en los que Osasuna fue condecorado como mejor equipo del mundo un buen Diciembre de 2006. Tiempos tan dorados como efímeros que cualquier aficionado rojillo anhela y sueña volver a vivir. Dejando melancolía y hazañas al margen, la mayor alegría que podría tener Osasuna sería bajar a segunda para tener un día el festejo del regreso a primera. Ojalá el toreo de los navarros al descenso no decaiga y esa última línea no se cumpla. Para ello será necesario más ganas e intensidad que la puesta en el terreno de juego en los pasados meses de competición porque el apoyo ya lo tienen.

Javi Gracia
Tras la destitución el pasado septiembre de José Luis Mendilibar llegó al banquillo el entrenador de origen pamplonés, Javi Gracia, quien acababa de devolver a primera división al Almería. Mendilibar había dejado en fuera de juego a navarros como Manu Onwu o Roberto Torres a los que Gracia dio confianza e hizo titular a Torres borrando, no siempre, el once de soldados mercenarios. Gracia traía un fútbol ofensivo-combinativo con la esperanza de que desapareciese el sorteo del balón cuando este estuviese en su posesión. En los 8 meses que Javi Gracia lleva como técnico de Osasuna ha conseguido implantar el juego en corto desde atrás pero la tónica del "pelotazo" arriba sigue siendo habitual pues solamente un medio campista tiene la calidad suficiente como para crear juego, el Gato Silva. Lo cierto es que juegan con miedo. Pasan atrás a Andrés Fernández aún teniendo a todo el equipo pisando campo contrario. Este miedo les ciega y no les deja ver mas allá de tres cuartos de campo, que es donde se apaga la luz. El temor por perder el balón es tal que prefieren sortearlo antes que arriesgar con un pase interior. Si quieren que algún día luzca un fútbol vistoso en el Sadar deberán perder este miedo, y es que no hay triunfo que no requiera correr riesgos.


Javi Gracia ha hecho una tímida apuesta por la cantera dando algunos minutos a Manu Onwu, haciendo a Roberto Torres protagonista y regalando el debut a la promesa y descubrimiento de la temporada, José García. Érase un tiempo en el que eso sería una vergüenza. Existió una época de jugadores 100% denominación de origen navarra de la que se podía presumir en las visitas a campos rivales de primera división. Lamentablemente, no es sólo eso lo que se ha perdido. La presión arriba de los delanteros y la solidez defensiva que hacían a Osasuna uno de los equipos más difíciles para hacerles gol, se han perdido. Entrenadores y jugadores vienen y van, la defensa impenetrable y raza característica de los futbolistas es ahora pasado pero el "pelotazo", la sequía goleadora y afición ejemplar que hace que Osasuna juegue con 12 y sea la culpable de que ni Barcelona, ni Madrid, ni Atlético hayan ganado este año en el Sadar, permanecen.
Oriol Riera

35 puntos en 34 partidos jugados a hombros de un debutante en primera división española e idolatrado por la grada rojilla, Oriol Riera. El ariete referencia de Osasuna lleva 12 goles esta temporada. Entre el resto de primerizos esta campaña sólo lo superan Carlos Bacca y Gareth Bale con 14 goles y Kevin Gameiro con 13. Otro que brilla y ha subido un escalón jerárquico en Osasuna es el lateral Damià Abella, cuyas subidas en banda son cruciales en cada encuentro. Riera y Damià se lucen y pocos más se salvan en esta nefasta campaña en la que incluso el portero que el Real Madrid deseaba ha bajado su espectacular rendimiento al que tenía acostumbrado a los hinchas, Andrés Fernández.

Bajada de rendimiento, decepción, desaparición de Puñal, sin ganas de luchar, sin gol y sin las señas de identidad. Se repite la historia al final de la temporada y, quién sabe por qué, sigue siendo noticia. La novedad será cuando el Sadar vuelva a ser un fortín inexpugnable. Mientras tanto, otra vez Abril con el agua al cuello y con los deberes sin hacer. Sólo queda afinar la garganta y entonar el "¡Yo no bajo!".

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