sábado, 27 de diciembre de 2014

NO SÓLO GANARON UN DERBY

Momento en el que Diego Costa dispara a puerta para sentenciar el partido con un 2-0
Coincidieron en el Boxing Day, el regalo de Navidad de la extrema dosis de fútbol, el líder de la Premier League y el equipo revelación. El Chelsea y el West Ham United. Coincidía también que era un derby de Londres. Un barrio al Este del Támesis con modestas casitas sin excentricidades frente a la exclusiva zona de Kensington, al Oeste. Todos los datos apuntaban a que los decisivos 3 puntos invernales se los llevaría el equipo del Sur de Kensington. José Mourinho no había perdido jamás contra el West Ham y la última vez que los hammers ganaron en Stamford Bridge, estadio donde se disputaba el partido, fue en 2002. Las estadísticas y antecedentes en realidad no significan nada, pero su forma de encaminar el encuentro fue acertada. Quizás fue uno de los partidos que más he disfrutado viendo. Pero, sin duda, fue el mejor partido del Chelsea en lo que llevamos de temporada.  

Esquemas iniciales
José Mourinho, siempre que ha terminado diciembre como líder, ha ganado la liga disputada tanto en Porto, como en Milán, Madrid y Londres. Por ello es esencial ser el campeón de invierno. Razón de peso para engalanar el 11 inicial poniendo a cada estrella en su demarcación. Lo que viene a ser el 11 habitual. La duda estaba en si iba a poder o no contar con Eden Hazard, que terminó el magnífico partido del Chelsea previo a este -contra el Stoke City- con molestias en el tobillo. Pero pudo contar con el Belga para poner toda la carne en el asador pese a jugar otro partido dos días más tarde. Alejarse del Manchester City en la tabla era vital.

Allardyce, creador de este revelador West Ham, llegaba al partido a afianzar la tremenda forma en la que se encontraba su equipo. No obstante, el hecho de que Allardyce, de 21 partidos, sólo haya ganado 2 frente al Chelsea pesaba. Chelsea que aparentemente ahora es invencible, por lo menos en su estadio. Por ello, ante la amenaza rival, dejó en el banquillo a Song y Sakho. Un talismán a la hora de tener la posesión y un explosivo delantero. De esta manera asimilaba que iba a ser asediado y preparaba a sus hombres para ser un equipo fuerte y metió músculo en el centro del campo con Kouyaté, Noble y Nolan. Formó el habitual 4-3-1-2 que potencia la técnica de Downing en la media punta. Calidad que ni se presentó en Stamford Bridge. Este 4-3-1-2 cambio a 4-5-1 en defensa y a 4-3-3 en ataque con Downing y Valencia en las bandas. 

El West Ham ejecutó un muy buen planteamiento defensivo ante este Chelsea que ataca a los espacios. Con Downing en banda derecha y Enner Valencia en la izquierda formaba un 4-5-1 como el de la imagen cuando no tenían el balón. De esta manera el trivote Kouyaté-Noble-Nolan se encargaba directamente del doble pivote blue Matic-Fàbregas y Oscar y, además, ocupaban las bandas, lo cual era muy importante debido a la influencia de Hazard y los laterales Ivanovic y Azpilicueta en el juego. La clave de su planteamiento defensivo fue mantener las líneas muy juntas dejando pocos espacios y trabando el partido al Chelsea. Además llevaban a cabo una leve presión y repliegue rápido que daban equilibro defensivo. 

4-5-1 en defensa del West Ham
Ante el plantel defensivo del West Ham, el Chelsea dio la sensación de estar jugando a balonmano: cambiando recurrentemente la banda en la que jugar en busca de espacios. Estos obstáculos potenciaron al Chelsea en busca de alternativas. El compacto 4-5-1 hammer obligó al Chelsea a dar su mejor cara usando todos sus recursos en un demostración de versatilidad para combatir adversidades. Además de los desmarques de Costa, que creaban huecos que él mismo u Oscar llegando desde la media punta aprovechaban, vimos muchas cosas. Disparos desde fuera del área de Matic o Cesc. También tiraron del talento de Hazard, que se internaba en el área y buscaba siempre la pared tocando al primer toque con Costa. El resultado de esta última alternativa fue fantástico. Primeros toques, desplazamientos abundantes y rápidos de balón, paredes y detalles técnicos. Esto alegraba la vista y, sobretodo el primer toque y la velocidad en el desplazamiento de balón, burlaba la presión del hueco creando huecos por dentro.

Hubo un último recurso que llevó acabó el Chelsea y que fue clave para otorgarle la autoridad del partido y estimular la conexión de Hazard con Costa y Oscar que disfrutaron los hinchas blues, los neutrales y, me atrevería a decir que, algunos hammers.  Fue recurrir al balón parado, a la estrategia. Antes de abrir la lata, el compacto 4-5-1 hammer surtía efecto. Con una jugada de estrategia llegó el 1-0 necesario que conllevó al asedio máximo blue. La jugada del gol fue un córner al primer palo, peinado hacia el segundo palo donde remató John Terry. La misma jugada la repitieron en el minuto 67 de juego. Entonces el rematador era Matic y el portero ex-bético, Adrián, estaba mejor colocado y evitó el gol.
La jugada de estrategia del Chelsea. A la izquierda el 1-0 en el min 31' y a la derecha en el min 67'. 
Durante el asedio del Chelsea al West Ham, cuando los de Allardyce tenían el balón su juego en corto eran escaso. Su centro del campo estaba preparado para trabajar defensivamente y no creativamente por lo que la solución eran contragolpes directos o balones en largo. Los contragolpes, además de que fueron escasos, fueron infructuosos. A quien hay que atribuirle el mérito de esto es a Nemanja Matic, protagonista de un partido excelso en robo, intercepciones, anticipaciones y, como aliciente, incorporaciones al ataque. En la otra vertiente del juego con balón  no ubo nada de juego en corto ni por dentro. Nada. mucha culpa de esto la tuvo la presión que hacía Diego Costa, cuya agresividad sin balón es notoria. Adrián San Miguel sacaba de puerta y buscaba a la referencia de todo el West Ham. Para eso estaba allí. Buscaba al robusto y corpulento Andy Carroll que, tras recibir el saque de portería, peinaría el balón para prolongar la jugada. A eso jugaron, a las segundas jugadas hacia la explosividad de Enner Valencia y la técnica de Downing. Pero ni los cabezazos de Carroll funcionaban pues Terry y Cahill, aunque pierden en la batalla física contra el hammer, se anticiparon inteligentmente a estos movimientos. Un último recurso usado por el West Ham con balón fueron las bandas. Sin embargo, también era inviable. Se encontraron con las ayudas defensivas de Oscar y Willian. 

Algo muy repetido en el partido: las segundas jugadas del West Ham. 
Esquemas finales
La cumbre del juego del Chelsea con balón fue a partir del 1-0 y hasta la reacción de Allardyce encendiendo sus suplentes en la segunda parte. Dominaron durante absolutamente todo el partido, pero hubo unos momentos para el West Ham. Apenas hubo cambios en lo que a las tácticas se refieren en la segunda parte, excepto en dos aspectos relacionados con el West Ham: defendieron peor y el 4-3-3 se hizo permanente con Song y Sakho. Allardyce vio como su recurso de las segundas jugadas con Carroll como prolongador no funcionaba. Vio como se veía superado en esos duelos aéreos y lo sustituyó por Sakho, delantero de parecidas cualidades a Valencia, el cual acabó como falso 9. Ambos venían muy bien para salir a la contra. También quitó a Noble, que venía al partido después de una lesión, por Song. Este, el ex del Barcelona daba la opción de tener el balón y pausar el juego. Tras eso sustituiría calidad técnica por calidad técnica. Un desaparecido Downing por Amalfitano, que hizo mucho más en los pocos minutos que tuvo que todo el West Ham junto, exceptuando a Adrián y sus paradas.  

Mourinho hizo los cambios en el minuto 80. Cuando su equipo disfruta del partido, tiende a demorar los cambios. De hecho, no eran necesarios. Pero si hizo un ajuste defensivo para afianzar el 2-0 tras meter a Mikel haciendo así un doble pivote más defensivo. Ramires iba a trabajar lo mismo en defensa que Willian y a recorrer la banda y Drogba en los últimos minutos pudo desmarcarse y hacer huecos a sus compañeros. 

En la segunda parte, ni los laterales ni Noble y Nolan ponían tanto ímpetu en cerrar las líneas del 4-5-1 y achicar espacios. El repliegue era más lento. Lo notaban en la grada con la fantasía de Hazard por dentro recurriendo a las tácticas de la primera parte para romper la defensa hammer. Juntarse por dentro, tocar en corto, rápido -al primer toque a poder ser- y moverse. Como una orquesta funcionaba aquello pero no se veía reflejado en el marcador. 28 fueron los disparos totales del Chelsea y 7 de ellos fueron a las manos de Adrián. En la primera parte hablábamos de presión y repliegue rápido. En la imagen podemos observar una jugada de la segunda parte en la que el West Ham presiona arriba, Fàbregas sale con el balón jugado y el West Ham ni reacciona ni repliega. Como consecuencia se ven en la imagen inferior los huecos a aprovechar por Hazard e Ivanovic. La jugada terminó en, sí, una gran parada de Adrián. 

West Ham ya no repliega bien

El 2-0 que cerraría el partido llegaría tras un robo -otro más- de Matic que aprovecharía Hazard para asistir al que tanto buscó el gol durante el partido, Diego Costa. El hispano-brasileño recortó dejando atrás a 3 defensores del West Ham, algo exquisito, y chutó raso al palo largo. El marcador final se quedó corto para el registro de juego demostrado aquel medio día en el Bridge. Leí hace meses que el Real Madrid puede tener la mejor transición de defensa a ataque, el Leverkusen de ataque a defensa y el Bayern el mejor juego en corto pero que sólo hay uno que combine perfectamente estas facetas del juego. El Chelsea. Por eso no sólo ganaron un derby, ganaron la autoridad y la seriedad para ser capaz de alcanzar sus ambiciosos objetivos tras un partido que da crédito a una temporada sin autocares. Teniendo en cuenta que tendrán esa criticada alternativa defensiva disponible pero ahora llevando a cabo los recursos con los que cuentan y dejando al autobús aparcado en el garaje de Stamford Bridge acumulando polvo en sus ventanas. 

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